miércoles, 27 de febrero de 2008

Semejante al paraíso

Desde esta semana mi vida ha cambiado de forma radical. No me he hecho la cirugía estética aunque modestamente os digo que no la necesito; no he tenido un hijo (es biológicamente imposible en estos momentos dadas mis bizarras costumbres); pero he comenzado a trabajar. Veo vuestras caras de sorpresa y aún se estirarán más si os cuento que tengo contrato. Plus ultra, trabajo en una librería. Y la vida es casi perfecta.


Imagen: Biblioteca Pública de Almería (febrero 1955). Obtenida en www.juntadeandalucia.es

3 comentarios:

Anónimo dijo...

y vendes muchos libros? y te gusta, no? Es que ser librero es muy guapo porque además como sabes muchas cosas de escritores y filosofía y eso, pues cuando te pregunten si tienes un libro, tú seguro que no tienes que andar pidiendo que te deletreen el nombre del autor y eso lo agradecen mucho los clientes.

Unknown dijo...

Que no te pase como a un conocido que fue preguntando por Thomas Hardy en una conocida librería central de Gijón y tuvo que salir de allí avergonzado porque de Thomas Harris ya no les quedaba nada.

Buen Sur dijo...

Estoy seguro de que me pasarán cosas peores: hoy todo el mundo escribe o es que el mundo es muy grande. Saludos