
Por sugerencia de quien (dice
ella) no mordió la manzana pero que sí muerde, y bien, otras frutas, retomo a Antonio Vega en una versión de
«El sitio de mi recreo» que no es la que yo conocía. Sin coros, con algunos versos cambiados y un sol de ocaso tan propio de ayer. Ahí está otro Antonio, que no es el amable y sanote andaluz
universal, inevitablemente. Este otro fulge un poco a lo tonto, entre ruinas sin majestad, con sol de tarde que fue luminosa, sin luna ni tumbas, «canto y risa, voz del miedo» y de Madrid. El que lo probó todo, parece, sin detenerse; el que, simplemente, mordió la manzana que Eva dejó para luego mirar por siempre atrás, como un adolescente, tiene hoy cincuenta y pico y escucharlo es oír cómo discurre el tiempo, cómo suena el pasado. En su mirada, en la mirada de este vídeo, parece resumirse todo: su triunfo, su condena, su recreo y el mío. En la foto, de
El País, no sé qué veo, qué verá él. «Me siento un poco más joven», afirma: a mi me haces mayor, sin tránsito.
4 comentarios:
Sigo observando esa mirada que tanto te perturba.. y no sé si logro descifarla del todo.
Lo cierto es que me ilusiona tu mención.
Besos, rey. Y gracias por lo de ayer.
Entre el buzo y tu vais a desgastar los blogs... Hay que escribir más. Si no yo qué hago en las horas muertas del trabajo?
¿Escribir un blog? Vale, vale, ya me pongo
¿Y por qué Neleb no se toma la molestia de currarse su propio blog? Es que hay peña que parece que con bailar un tango ya se cree que lo tiene todo hecho. Vaya morro.
Publicar un comentario