domingo, 21 de marzo de 2010

Aquí, donde el cielo nos toca (XII)



Fotos: del autor. El Apoxiomenos (por delante y por detrás): «copia romana de la primera época imperial (s. I d.C.) del original en bronce de Lisipo del año 320 a. C. aprox., hallada en el Trastevere en 1849. El atleta, al salir del gimnasio, con el rascador en la mano izquierda, limpia del polvo y del sudor (en griego apoxyein = limpiar) el brazo derecho extendido. La mirada, desconcentrada y opaca por el esfuerzo, se dirige hacia lo lejos: es la imagen de un vencedor, no en el momento de los honores, sino "después", cuando lo agobia el cansancio. Lisipo, escultor también del retrato de Alejandro Magno, no quiso representar a los hombres tal como son, sino como se presentan individualmente, en cada instante fugaz (Plinio, Naturalis Historia, XXXIV, 65). Inv. 1185.» según la Dirección de los Museos en la Guía de los museos y de la ciudad del Vaticano; Ciudad del Vaticano: Edizioni Musei Vaticani, 2005, 44-45. Tal vez, lo seguro: el mejor trasero de Roma. 13 de marzo

4 comentarios:

tomatita dijo...

Querido, con todos mis respetos, pero los mejores traseros los creó el gran Michelangelo.

Buen Sur dijo...

Mujer, está claro que el gran M. tenía muy buena mano para las nalgas, señaladamente las de varones, pero amplía la foto por favor y fíjate bien porque es un ensueño. Claro que Miguel Ángel... sabía, sabía.

La complexión viciosa dijo...

¡¡Dios!! Menos mal que hablamos de arte. Jajajajja, Estos griegos...y los otros...

Buen Sur dijo...

Sí, de arte, de arte, jaja.