
jueves, 25 de marzo de 2010
Hijo de Thompson

lunes, 22 de marzo de 2010
El agua de mi casa
El otro día volví a Gijón, al dentista, tenía un permiso y aproveché para revisar piños y visitar al chaval que está de aquella manera por las malas posturas... en fin. Me acerqué a Paradiso a cumplir con el ritual, comimos en El Rioja y paseamos un poco. Entre los libros y las lentejas y antes del vino (me he aficionado al del Bierzo y al pretérito perfecto) salimos a la playa que en Gijón se esconde tras la muralla de edificios y por eso, a mí, siempre me da como vértigo tanto horizonte repentino. Tiré algunas fotos con el móvil. De vuelta a la comarca y al descargarlas advierto que no es la primera vez que me traigo la playa hasta aquí. No se aprecia la luz exacta, sin orgullo paleto lo digo, el día era más claro, los dorados no se muestran como fueron. Aun así me gusta, por todas las veces que desemboqué en esta arena, la mitad traída de no sé sabe dónde, por las obras del puerto. Allí estuve contigo, también contigo. Hablamos de cine o yo qué sé, paseamos y cegamos los ojos contra el cielo, en el frío del verano, en el sopor del otoño de marzo probamos la sal. ¿No te acuerdas?
Foto: del autor. Playa de San Lorenzo, desde la escalera 3. Gijón. 19 de marzo
Foto: del autor. Playa de San Lorenzo, desde la escalera 3. Gijón. 19 de marzo
domingo, 21 de marzo de 2010
Aquí, donde el cielo nos toca (XIII)
Aquí, donde el cielo nos toca (XII)
Fotos: del autor. El Apoxiomenos (por delante y por detrás): «copia romana de la primera época imperial (s. I d.C.) del original en bronce de Lisipo del año 320 a. C. aprox., hallada en el Trastevere en 1849. El atleta, al salir del gimnasio, con el rascador en la mano izquierda, limpia del polvo y del sudor (en griego apoxyein = limpiar) el brazo derecho extendido. La mirada, desconcentrada y opaca por el esfuerzo, se dirige hacia lo lejos: es la imagen de un vencedor, no en el momento de los honores, sino "después", cuando lo agobia el cansancio. Lisipo, escultor también del retrato de Alejandro Magno, no quiso representar a los hombres tal como son, sino como se presentan individualmente, en cada instante fugaz (Plinio, Naturalis Historia, XXXIV, 65). Inv. 1185.» según la Dirección de los Museos en la Guía de los museos y de la ciudad del Vaticano; Ciudad del Vaticano: Edizioni Musei Vaticani, 2005, 44-45. Tal vez, lo seguro: el mejor trasero de Roma. 13 de marzo
Aquí, donde el cielo nos toca (XI)
Aquí, donde el cielo nos toca (II)
Aquí, donde el cielo nos toca (I)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)