martes, 21 de octubre de 2008

Él lo sabe

Cuando comenzó a soplar el viento levantó su rostro al cielo, frunció un tanto el ceño y alzando levemente los hombros, se adelantó después, mientras me giraba, para abrazarme por la espalda y besar mi cuello. Han salido muchas lunas desde entonces.
Hace dos días fue a buscarme a lo que desde su punto de vista es un destierro y me trajo de vuelta a la lluvia salada, al otoño húmedo de Gijón y se desnudó conmigo para entrar en la cama donde nos mecemos entre el ánimo y el calor.
Ahora, después de la comida, deambula por la habitación cogiendo el bolígrafo y los apuntes, toma postura en el sofá, enciende un cigarro y bucea entre hojas de derecho administrativo. Yo le miro

Nota: imagen obtenida en http://www.flickr.com/photos/lentaslagrimasnegras/2528008515/

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito es el amor....¡Qué tal todo maestro?¿hay nostalgia?...Por aquí se te echa de menos.

"Los escritores de derecho de gentes se atormentan por saber de un modo exacto si el hombre que está desterrado de su patria pertenece a su patria todavía. Esto es, poco más o menos, como si preguntaran si el jugador que han expulsado de la mesa de juego es todavía uno de los jugadores."

Esto es de Voltaire, pero por lo que sospecho a ti aun te quedan muchas manos por jugar.

Un abrazo.

tomatita dijo...

Si es que no hay nada como volver a casa, caletín, con alguien que nos rasque la barriguina...qué guapo ye querese!!!

Besos

Buen Sur dijo...

Gracias, gracias, amigos y amigas: qué razón tenéis, cuánto me conocéis. Sólo por eso ya sabéis que la puerta de mi casa está abierta, se come bien aquí. Saludos