lunes, 5 de mayo de 2008

Shooter: individualismo iluminado


Una y otra vez vemos reiterado el esquema: los ingredientes varían, las combinaciones existen, por supuesto, pero cada vez repite más el plato. Terminamos de ver la película Shooter: el tirador. Un ex militar, uno entre cuatro elegidos capaces de acertar en un blanco a nosecuantos kilómetros de distancia, vive en el bosque a lo Thoreau pero con pipa. Un militarote le toca la vena sensible y lo convence para volver a la actividad luchando por lo más importante: la patria (de la libertad). Todo era un engaño, sin embargo, y él la carnada expiatoria. Pero consigue escapar para hacer Justicia. Pues sí, Justicia. La debilidad humana, dice otro de esos cuatro bendecidos con un ojo profundo, es el mayor enemigo del Hombre mismo. Y en la cinta, a lo largo de las peripecias de un crujiente Mark Wahlberg, vemos como esa tara metafísica corroe el significado de palabras como libertad o justicia hasta convertirlas en algo peor que nombres sin referencia: su sentido es justificación del asesinato y el atropello. La guerra de Irak, se dice, fue por el petróleo: el Poder es el mínimo común múltiplo, el ingrediente de todas las salsas de la corrupción. Los tribunales de justicia del país de la libertad, vemos, fracasan estrepitosa, torpemente. ¿Soluciones? Un hombre, un varón imponente iluminado por la bombilla de Dios que hace lo que tiene que hacerse, al margen de la ley, desde luego de cualquier ley humana, ejecutor, bello y trágico. Leo en El País que a Sean Penn le gusta conducir por las carreteras de Estados Unidos durante días. Recuerdo al antimilitarista Thoreau, buscando el contacto con lo salvaje en las tierras de Emerson. Veo a John Wayne disparando, a Neo y a Morfeo clamando por la divina elección en Matrix. Y concluyo que necesito una manzanilla, antes de que algún listo determine que mi cara o mis costumbres son reflejo del mal del mundo, de la gula o la depravación; que el error se arregla pegando cuatro leches; que lo que este mundo necesita son un par de bienpuestos.

8 comentarios:

tomatita dijo...

Querido, quien os manda ver estas cosas, que luego te pones malín, te entra la mala baba y seguro que hasta tienes pesadillas.

¿Sabes que me parece? Que todas estas cosas, son la versión mundial de "la maté porque era mía", y como todos parecemos ser los dueños de lo que nos rodea, luego pasa lo que pasa. Evidentemente si a esto le añades una cucharadita de ignorancia, para qué queremos más.

Anónimo dijo...

¿Para cuándo algo de literatura en el tren? Creo que te han visto en alguno leyendo, ¿es cierto?¿Viajas en tren?...¿o quizá es tu doppelgänger el que frecuenta malas compañías en tan humilde medio de locomoción? Cuídate y escribe más.

Anónimo dijo...

Sí, es verdad, Tomatita: a mí esa compulsión por el adueñamiento cada vez me repugna más. Es una compulsión esencialmente violenta.
Por cierto Buensur, sabes que dicen que Sean Penn es marxista-leninista-maoista.

Buen Sur dijo...

Sí, Tomatita, todo tiene que ver con la comida, las hamburguesas y eso.
Anónimo, intentaré escribir algo al respecto y sí, viajo en tren, claro. Te confieso, sin embargo, que prefiero que me cuiden para escribir. Saludos.
Neleb, me extrañaría que Sean Penn fuera eso que dices, si el Libro rojo es para que te de un síncope, imagínate leerlo todo, por no hablar de la cantidad de otros tostones para conseguir ser un buen marxista-leninista; por otro lado me haría gracia que lo fuera, aunque no sé cómo conjugaría eso con lo de la soledad en la carretera. ¿Para cuándo tu blog?

Anónimo dijo...

Pues lo del maoismo de Sean lo dice la wikipedia, no sé si será verdad pero yo tomé la decisión de que lo voy a creer por lo de que hace gracia. Me lo imagino ahí con los maoistas jartos de USA, que se llaman presidente. El Presidente Sean Penn, va a ser ahora para mí. No sé si hacer blog porque es que no voy a tener constancia fijo. Tuve uno de mentira pero lo cancelé hace un tiempo. Se llamaba Escritor repetidor, pero nadie le decía nada. Igual es que era un poco faltoso.

Buen Sur dijo...

A me gustaba, Neleb, tu blog. Pero es que no escribías casi nada. Bien es verdad que cuando lo encontré ya hacía un tiempo que funcionaba y a lo mejor ya te habías cansado. Bueno. Sea entonces presidente Sean Penn y salve.

Anónimo dijo...

No, si sí que escribía al principio pero luego ya lo dejé un poco colgao hasta que lo eliminé. A ver si por el verano se me ocurre hacer otro y os invito.

Buen Sur dijo...

Eso espero, Neleb. Ven a verme primero. Saludos