jueves, 1 de mayo de 2008

Gijonesismos de temporada

Hoy día uno de mayo hace un sol esplendente en mi ciudad. Después del paseo entre las banderas nos dimos un homenaje mi madre y yo en el barrio con la botella de sidra, la morcillita y unos chipirones. Luego, claro, vuelta al paseo para bajar un poco el atropello por los jardines de Juan Alvargonzález. Allí descubrimos mi progenitora y yo algo de ese carácter, creemos, que es muy de aquí. Algo, ya lo sabemos, muy importante en estos días de vientos esenciales, sobre todo ahora que tenemos encima el estatuto y la financiación autonómica.
En los jardines hay dos zonas de bancos muy delimitadas y comprobamos in situ lo que ya veníamos sospechando: los ancianos y los yonkis comparten y se reparten la misma zona, los segundos más cerca del centro de salud por razones obvias, aunque, advertimos, nuestros mayores están empezando a consolidar su posición y a avanzar por entre las líneas pactadas. El futuro es suyo, así que, o se mudan los marchitos tempranos o se sueltan los vejetes por el terraplén de la heroína ahora que ya no es tiempo de nada o, lo que es lo mismo, ya que es tiempo de cualquier cosa. La vida es bella y extraña.
Imagen: obtenida en www.asturiasverde.com El lugar de que os hablo se encuentra al final de la pasarela a la izquierda, como enseguida habréis adivinado los naturales.

2 comentarios:

tomatita dijo...

Sí, sobre todo extraña, por lo de sorpresiva, y sino que nos lo digan a nosotros y la celebración del día del trabajador!!!

Me encanta la foto.

Besos, rey de la noche.

Buen Sur dijo...

Ja, malvada. Ya arreglaremos cuentas que eres una lianta. Saludos