sábado, 27 de febrero de 2010

Con las manos


Bajo el huracán, por el puente azotado, me animé a subir al teatro Bergidum, para rendir homenaje a un asturiano de nacimiento (berciano de corazón) y de nombre Nicolás Solana.

Nació durante la guerra (creo que en el 32), en Mieres, y como todos los hijos de su hija, la posguerra, pasó mucha hambre. Quizá por eso emigró con su familia a León donde estudió el pintor sus primeras letras. Finalmente recaló en Ponferrada y decidido a transitar los caminos del arte, difíciles y menesterosos, pudo aprender en Madrid, en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, con un discípulo de Sorolla. De su maestro, cuyo nombre no recogí (soy casi analfabeto en historia del arte) aprendió según sus palabras todo lo que sabe, y con él, la paleta colorida de la escuela valenciana. Con eso y sus modelos (Velázquez, Rembrandt y, por supuesto, Picasso) regresó a la capital del Bierzo donde realizó ya toda su obra adulta, fundiendo su vida con el pulso de la ciudad. Dedicó y dedica una muy importante parte de su tiempo a la enseñanza y goza del favor del Instituto de Estudios Bercianos, la escuela de cerámica de la ciudad y el grupo de teatro Conde Gatón que le propusieron para el premio.

La ceremonia fue amenizada por Conde Gatón que ofreció parte de su nueva obra, y que, a pesar de los malos presagios surgidos de la introducción, consiguió arrancar carcajadas en el cierre. Precisamente al final dedicaron al pintor el mayor elogio: amigo del Conde Gatón. El alcalde de la ciudad (un virtuoso de la comunicación que consigue no menos de una foto diaria en los dos periódicos de la zona) hizo las veces de maestro de ceremonias y leyó un discurso varios de cuyos párrafos pueden leerse aquí. La intervención del premiado valió tanto como más de la mitad de la historia del arte contemporáneo en la ciudad y merecería fijación.

Según Nicolás Solana, he aquí su declaración de principios, él pinta porque le gusta, y sobre todo, aprecia el momento de enfrentarse a un lienzo en blanco, comenzar a plasmar una idea, un motivo, cualquier cosa y ver cómo se expande, cómo toma forma, entre sus manos. Y recomienda la luz del Bierzo.

Foto: obtenida en Bierzotv.com